El prolapso de la válvula mitral, también conocido como chasquido mitral, sÃndrome de Barlow, sÃndrome de globo mitral o sÃndrome de la válvula mitral fláccida, es el abultamiento de una o ambas aletas (valvas) de la válvula durante la contracción del corazón. Una o ambas valvas pueden no cerrarse bien, lo que permite que la sangre se filtre en un flujo retrógrado (regurgitación). Esta regurgitación puede ocasionar un soplo (un sonido anormal en el corazón debido a turbulencias en el flujo de sangre). La insuficiencia mitral (flujo sanguÃneo retrógrado), si llega a presentarse, suele ser leve.
Se estima que el prolapso de la válvula mitral se observa en el 3 por ciento de la población.
La válvula mitral se encuentra entre la aurÃcula izquierda y el ventrÃculo izquierdo, y está formada por dos aletas. Normalmente, las cuerdas tendinosas (pequeñas "cuerdas" de tendón que conectan las aletas a los músculos del corazón) mantiene esas aletas bien cerradas durante la contracción del ventrÃculo izquierdo (sÃstole). En el MVP, las aletas se agrandan y se estiran hacia el interior, en dirección a la aurÃcula izquierda, y ese movimiento a veces produce un "chasquido" durante la sÃstole que induce el flujo retrógrado de sangre hacia el interior de la aurÃcula izquierda (regurgitación o insuficiencia).Â
Si bien se desconoce la causa del MPV, se cree que hay cierta relación con factores hereditarios. A continuación se describen las formas primarias y secundarias del MVP.
MPV primario. El MVP primario se caracteriza por el engrosamiento de una o ambas aletas de la válvula. Otros efectos son fibrosis (cicatrización) de la superficie de la aleta, adelgazamiento o estiramiento de las cuerdas tendinosas y depósitos de fibrina en las aletas. La forma primaria de MVP se observa frecuentemente en personas con sÃndrome de Marfan u otras enfermedades del tejido conectivo, pero afecta mayormente a personas que no tienen otra forma de enfermedad cardÃaca.
MVP secundario. En el MVP secundario, no se produce el engrosamiento de las aletas. El prolapso puede deberse a un daño isquémico (ocasionado por la disminución del flujo sanguÃneo por enfermedad coronaria) a los músculos papilares que se insertan en las cuerdas tendinosas, u otros cambios funcionales en el miocardio. El MVP secundario puede ser consecuencia del daño a estructuras valvulares producido durante un infarto agudo de miocardio, una enfermedad cardÃaca reumática o una miocardiopatÃa hipertrófica (cuando la masa muscular del ventrÃculo izquierdo del corazón es más grande de lo normal).
El prolapso de la válvula mitral puede ser asintomático. A continuación, se enumeran los sÃntomas más comunes del MVP. Sin embargo, cada individuo puede experimentarlos de una forma diferente. Los sÃntomas pueden variar según el grado de prolapso y pueden incluir:
Palpitaciones. Las palpitaciones (sensación de latido cardÃaco irregular o rápido) son las quejas más comunes de los pacientes con MVP. Las palpitaciones generalmente están asociadas a contracciones ventriculares prematuras (los ventrÃculos laten antes del momento debido), pero también se han observado ritmos supraventriculares (ritmos anormales que comienzan por encima de los ventrÃculos). En casos poco frecuentes, los pacientes pueden tener palpitaciones sin que se observen disritmias (ritmo cardÃaco irregular).
Dolor en el pecho. El dolor en el pecho asociado con el MVP, otra queja frecuente, es diferente del dolor en el pecho asociado con la enfermedad coronaria. Generalmente el dolor en el pecho no es una angina clásica, pero puede ser recurrente e incapacitante. Â
Según la gravedad del filtrado hacia la aurÃcula izquierda durante la sÃstole (regurgitación mitral), la aurÃcula izquierda y el ventrÃculo izquierdo pueden agrandarse, y esto se manifiesta a través de los sÃntomas de insuficiencia cardÃaca. Entre ellos, debilidad, fatiga y dificultad para respirar.
Los sÃntomas del prolapso de la válvula mitral pueden parecerse a los de otros trastornos o problemas médicos. Consulte siempre a su médico para obtener un diagnóstico.
Las personas con MVP suelen ser asintomáticas, pero en un examen de rutina se puede percibir el clic o soplo.
El MVP puede detectarse mediante una auscultación estetoscópica al oÃr el "clic" (que es el chasquido de las aletas estiradas entre sà durante la contracción) o un soplo. El soplo está ocasionado por el filtrado de sangre en retroceso al interior de la aurÃcula izquierda. Ese clic o soplo puede ser el único signo clÃnico.Â
Además del examen y la historia clÃnica completa, los procedimientos para diagnosticar el MVP pueden incluir uno o más de los siguientes:
Electrocardiograma (ECG). Examen que registra la actividad eléctrica del corazón, muestra los ritmos anormales (arritmias o disritmias) y a veces detecta lesiones en el músculo cardÃaco.
Ecocardiograma (también llamada eco). Examen no invasivo que utiliza ondas sonoras para estudiar el movimiento de las cavidades y las válvulas cardÃacas. Al pasar un transductor de ultrasonido sobre el corazón, el eco de las ondas sonoras crea una imagen en el monitor. La ecocardiografÃa es la prueba de diagnóstico que se usa con más frecuencia para detectar el MVP.
En algunos casos en los que los sÃntomas son más graves, se pueden realizar otros procedimientos de diagnóstico. Entre ellos:
Prueba de esfuerzo (generalmente con ECG; también llamada ECG en cinta rotativa o ECG de ejercicio). Examen que se realiza al paciente mientras éste camina en una cinta rotativa o pedalea en una bicicleta estática para observar el corazón durante el ejercicio. También se controla la respiración y los ritmos de presión de la sangre.
Cateterismo cardÃaco. Con este procedimiento se toman rayos X tras inyectar una solución de contraste en una arteria con la finalidad de localizar los estrechamientos, las oclusiones y otras anomalÃas de arterias especÃficas. Asimismo, permite evaluar el funcionamiento del corazón y las válvulas.
RM cardÃaca. Esta es una prueba no invasiva que produce imágenes completas del corazón. Se puede utilizar como un complemento a un ecocardiograma para una vista más precisa de las válvulas del corazón y de los músculos del corazón, o en preparación para una cirugÃa de la válvula del corazón.Â
El tratamiento especÃfico de la enfermedad reumática del corazón será determinado por su médico basándose en:
su estado general de salud y sus antecedentes médicos
la gravedad de la enfermedad
sus signos y sÃntomas
su tolerancia a determinados medicamentos, procedimientos o terapias
sus expectativas para la evolución de la enfermedad
su opinión o preferencia
En general, no se requiere tratamiento dado que el MVP no suele ser un trastorno grave. Se recomiendan controles periódicos con un médico.
Las personas con alteraciones rÃtmicas pueden necesitar tratamiento con betabloqueantes u otros medicamentos para controlar las taquicardias (ritmos cardÃacos rápidos). En la mayorÃa de los casos, la limitación de estimulantes como la cafeÃna y los cigarrillos es suficiente para controlar los sÃntomas.
En pacientes con fibrilación auricular o agrandamiento grave de la aurÃcula izquierda, puede recomendarse tratamiento con anticoagulantes, como la aspirina o la warfarina (Coumadin®).
Es importante que las personas que tienen sÃntomas de mareos o desmayos mantengan una hidratación (volumen de lÃquido en los vasos sanguÃneos) adecuada con abundante consumo de lÃquidos y sal. Las medias de descanso pueden ser beneficiosas.
Si la regurgitación o insuficiencia mitral grave es consecuencia de una valva mitral flexible, o si se produce la ruptura de las cuerdas tendinosas o un estiramiento excesivo de la válvula, podrÃa indicarse la reparación quirúrgica.
Este trastorno generalmente es inofensivo y no acorta la expectativa de vida del paciente. Se recomienda la adopción de conductas que lleven a un estilo de vida saludable y ejercicio regular.
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