Tomó casi una hora estabilizar a Caltong lo suficiente para que una TC mostrara el alcance total de sus lesiones. Además de las fracturas de las costillas, tenÃa dos fracturas en la mandÃbula. El hueso alrededor del ojo derecho, una vértebra, la clavÃcula derecha y la cadera izquierda también estaban fracturados, con un total de 20 fracturas en 17 huesos. TenÃa una pequeña hemorragia en el cerebro, el hÃgado y el bazo estaban dañados y tenÃa una quemadura grave en la parte inferior de la pierna izquierda.
El hecho de que Caltong haya superado los primeros minutos precarios en la sala de urgencias de Stanford y haya evolucionado hasta recuperarse completamente en Lucile Packard Children's Hospital es un testimonio de la habilidad del equipo de traumatismo pediátrico de Stanford/Packard Children's y de su perfecta integración con un amplio espectro de especialistas en Lucile Packard Children's.
"Si hubiera estado en muchos otros hospitales en su primera hora, no hubiera sobrevivido", dijo Callcut.
Pero estaba vivo y, después de de pender de un hilo en la primera hora, estaba lo suficientemente estable para que lo pasaran a la unidad de cuidados intensivos pediátricos en Lucile Packard Children's. "Fue tratado con un nivel muy alto de experiencia en un perÃodo breve", dijo Callcut. "Eso en verdad puede cambiar el resultado de alguien".
Caltong Liu, de cuatro años, llegó a la sala de urgencias del Hospital Stanford cuando apenas podÃa respirar. Ahora, algunas horas después de que un accidente automovilÃstico le destrozara el pecho y lo dejara con 20 fracturas, el niño pequeño fue trasladado a la unidad de cuidados intensivos pediátricos del Lucile Packard Children's Hospital.
Caltong estaba en un estado frágil, con un respirador, sedado y con con muchas vendas, cuando sus padres, la mamá Chunhui Li y el papá Yuming Liu, vislumbraron por primera vez a su hijo en la UCIP. No habÃan visto el duro trabajo del equipo de traumatismo pediátrico en la sala de urgencias; Yuming, quien también estuvo en el accidente, habÃa estado recibiendo tratamiento para su fractura de pierna, y a la policÃa le tomó algunas horas llamar a Chunhui.
"La primera noche en el hospital, no estábamos seguros de que iba a poder caminar o hablar de nuevo", dijo Chunhui. Al principio, nadie podÃa predecir los efectos duraderos de las lesiones de Caltong. Pero con la atención por parte de expertos en una docena de especialidades distintas y algunos dÃas de manejo cuidadoso, pronto estuvieron seguros de que Caltong se iba a recuperar.
"Tuvo mucha suerte de no haber tenido lesiones significativas en los órganos vitales", dijo la Dra. Felice Su, intensivista pediátrica, quien atendió a Caltong. El corazón y el cerebro estaban bien, y los pulmones estaban recibiendo apoyo del respirador. "Los niños tienen la capacidad de recuperarse de una manera impresionante", dijo Su.
Aun asÃ, seguÃan los problemas. El mayor riesgo era quitarle el respirador a Caltong, un hito necesario antes de darlo de alta de la UCIP. Si el dolor de las 14 fracturas de costilla de Caltong era demasiado intenso cuando inhalara solo, tal vez iba a requerir de tantos analgésicos que le dificultarÃan la respiración tenue.
Los equipos respiratorio, de anestesia y de cirugÃa plástica colaboraron para idear una solución única. Caltong necesitaba un injerto de piel para reparar una quemadura grave en la pierna izquierda. Después de la cirugÃa, mientras seguÃa en el quirófano, los anestesiólogos inyectaron un analgésico en el espacio epidural alrededor de la caja torácica de Caltong. El darle el medicamento directamente en el área lesionada proporcionó buen alivio del dolor con menos medicamento, y por lo tanto menos riesgo de interferir con la respiración. Luego, todavÃa en el quirófano, el equipo de terapia de respiración con cuidado ayudó a Caltong en la transición para respirar por sà mismo.
"El quirófano era el lugar más seguro para extubarlo", dijo Su. "El tener tantos equipos especializados que podÃan coordinar la atención de Caltong de una manera global era muy importante. Es una fortaleza increÃble de Lucile Packard".
A Caltong de cuatro años le daba miedo pararse.
"Solo decÃa 'No puedo'", dijo su mamá Chunhui Li. "No sabÃamos si era que no podÃa fÃsica o emocionalmente. Estaba haciendo todo lo que podÃa, pero temblaba y no podÃa mantener el equilibrio".
Diez dÃas antes, un accidente automovilÃstico destrozó el pecho de Caltong, le colapsó un pulmón y lo dejó luchando para poder respirar. Los expertos en traumatismo pediátrico de Lucile Packard Children’s lo estabilizaron en la sala de urgencias del Stanford, luego se coordinaron con docenas de especialistas para monitorearle el cerebro, los pulmones, los huesos fracturados y otras lesiones durante una semana en la unidad de cuidados intensivos pediátricos del Lucile Packard Children's Hospital.
Después, en un cuarto que no es de cuidados intensivos en Lucile Packard Children's, Caltong comenzó su rehabilitación. Pero le costaba trabajo incluso salir de la cama. Sin poder entender por completo el por qué su cuerpo no cooperaba, Caltong necesitaba atención que tomara en cuenta tanto sus lesiones como su corta edad.
Chunhui y su esposo, Yuming Liu, apreciaron el enfoque gentil y flexible del personal de Lucile Packard Children's. Si el terapeuta fÃsico de Caltong visitaba su cuarto de hospital cuando estaba demasiado cansado para hacer los ejercicios, el terapeuta le enseñaba a Chunhui y a Yuming lo que debÃan intentar más tarde.
"Los pacientes pequeños algunas veces no pueden seguir órdenes", dijo Chunhui. "Si los presionas más, pueden ser muy fuertes y decir 'No.' AquÃ, en vez de eso, las enfermeras y los terapeutas trabajan con los pacientes".
"En verdad promovemos la ayuda de los padres", concordó la enfermera especializada Raji Koppolu, quien atendió a Caltong. "Queremos asegurarnos de que estén participando en la atención de su hijo tanto como sea posible".
Yuming y Chunhui también estaban agradecidos por las noticias detalladas que les daban los doctores sobre la recuperación de Caltong. "Nos hizo sentir muy cómodos sin importar lo que pasara", dijo Chunhui. Poco a poco, Caltong se pudo parar de nuevo, y quedó motivado para caminar a la escuela del hospital para ir por libros nuevos.
El personal de Lucile Packard Children's prestó atención al bienestar de toda la familia. Un trabajador social les ayudó a navegar los procesos poco familiares como obtener una licencia médica del trabajo, encontrar orientación para enfrentar la conmoción del accidente y emplear a un intérprete de mandarÃn para expresar la información médica en el idioma nativo de la familia.
"Al principio, ni siquiera sabÃamos lo que necesitábamos", dijo Chunhui. "Pero no tuvimos que luchar solos". Esta atención tan bien coordinada es un beneficio único de un hospital académico pediátrico de primer nivel, dijo Koppolu.
¿El resultado final? Ahora, cinco meses después de su accidente, Caltong está casi completamente curado y su desarrollo fÃsico y cognitivo son normales. Los hitos recientes de la familia incluyen que en julio nacerá su hermanito, Jonathan; el cumpleaños número cinco de Caltong; su primer dÃa en el kindergarten; y su regreso a jugar de forma activa al aire libre que tanto le gusta.
Chunhui y Yuming no podrÃan apreciar más estos acontecimientos, ya que tuvieron que enfrentar la pesadilla de preguntarse si su hijo iba a recuperarse algún dÃa. "Es un niño muy activo, muy platicador", dijo Yuming con orgullo. "Estuvo a punto de irse, pero logramos que regrese", añadió Chunhui.
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